Coches autónomos
Anteriormente ya hemos hablado sobre la aplicación de la robótica en el hogar en la forma de robots aspiradores. Hoy vamos a sumergirnos en el apasionante mundo de los automóviles robóticos.
Ya son una realidad. Es cierto que no vemos todavía coches automáticos circulando por las carreteras de España. Pero es igualmente cierto que ya circulan por las autopistas de varios estados en USA. Hace pocas semanas se concedió permiso a los primeros camiones robots controlados 100% por un ordenador. En concreto se trata de caravanas de camiones. Todos están conducidos por robots autónomos y van en fila. Aprovechan los algoritmos para ofrecer en conjunto una menor resistencia al aire y de esa forma ahorrar combustible.
No hay un camionero al volante. Todo está controlado por la máquina. Eso sí, de momento un humano viajará en la cabina del camión por si debe tomar el control en caso de emergencia. Y sólo tienen permiso para que conduzca la máquina en autopista. En otras carreteras será el humano quien deba permanecer al volante.
Este cambio en la legislación no va a suponer una revolución inmediata en las carreteras. Aunque ahora tienen permiso para circular, los vehículos autónomos no son a día de hoy algo que veamos en nuestro entorno. Sin embargo, ya están presentes y es cuestión de pocos meses que se vaya generalizando su uso.
<h2>Los robots, del futuro al presente</h2>
Hace apenas 5 años todo lo que contenía la palabra "robot" nos sonaba a película de ciencia ficción. Sabíamos que la tecnología avanzaba y que en las fabricas cada vez más robots se usaban en las cadenas de montaje. Pero nadie pensaba durante su vida vería vehículos autónomos que conducen solos circulando por las carreteras. O que podríamos comprar drones voladores de apenas 100 euros en los supermercados.
Los robots son ya una realidad. Tenemos el caso del robot aspirador, que nos ayuda en la limpieza del hogar. Brazos y piernas robóticas para aquellos que han sufrido percances. Y no son meros adornos. Hablamos de extremidades robóticas que se mueven gracias a que interpretan las órdenes que les envían los nervios del paciente. Igualmente hay robots que ayudan a los cirujanos en el quirófano. Ante intervenciones complicadas, el brazo robótico se encarga de ejecutar los movimientos que le ordena el cirujano. Y lo hace con mayor precisión que el humano, libre de movimientos bruscos o del peligro de que le tiemble el pulso.
<h2>Los coches robot y la ciudad</h2>
La conocida app Uber ha supuesto una revolución en el transporte público de las grandes ciudades. Imagina ahora una combinación entre algo similar a Uber y los coches autónomos.
Ahora muchos ciudadanos poseen un coche en propiedad. Un coche que se usa un % muy pequeño del tiempo. Por ejemplo, ¿cuántas horas usamos realmente el coche? Si lo usas para ir al trabajo, tu coche estará aparcado (y sin usar) durante toda la jornada, además de toda la noche. Un completo desperdicio de recursos, y de espacio.
Los coches robot, o coches autónomos se pueden usar durante todo el día. Con una flota de vehículos autónomos en marcha de forma contínua, no serían necesarios los miles de garajes y aparcamientos que invaden nuestras ciudades. El usuario usaría una app tipo Uber para pedir un vehículo, que llegaría en apenas unos segundos. Nos montamos, indicamos el destino y el vehículo nos lleva hasta allí. Pagamos desde el móvil con Paypal, y nos bajamos. No hay que preocuparse por buscar sitio para aparcar. Ahorraríamos mucho tiempo. Iríamos desde el origen al destino, sin dar vueltas buscando aparcamiento. Nos bajamos del coche y el robot inmediatamente irá a buscar al siguiente pasajero.
Tendríamos un transporte más cómodo y eficiente que ahora. Y no sería necesario que cada familia gaste una importante cantidad de dinero en adquirir un vehículo propio. O en comprar o alquilar un garaje. Imagina la cantidad de recursos que liberaría la adopción del coche autónomo.
La inversión en adquisición de coches se reduciría de forma drástica. Ahora practicamente cada familia tiene uno o dos vehículos. Con una cantidad modesta de vehículos robot en circulación ya no sería necesario dedicar parte de los ingresos a adquirir vehículos propios. Tendríamos un mejor servicio, a menor coste global y liberando tiempo de conducción y espacio.
¿Cuánto tiempo pasamos al año detrás del volante? Además del ahorro que supone no tener que comprar un coche en propiedad, suma la cantidad de tiempo liberada que antes se dedicaba a la conducción. La máquina se encargará de ello.
No es descabellado pensar que en una o dos décadas esta será nuestra realidad cotidiana. Los robots ya no son el futuro: son el presente.
Ya son una realidad. Es cierto que no vemos todavía coches automáticos circulando por las carreteras de España. Pero es igualmente cierto que ya circulan por las autopistas de varios estados en USA. Hace pocas semanas se concedió permiso a los primeros camiones robots controlados 100% por un ordenador. En concreto se trata de caravanas de camiones. Todos están conducidos por robots autónomos y van en fila. Aprovechan los algoritmos para ofrecer en conjunto una menor resistencia al aire y de esa forma ahorrar combustible.
No hay un camionero al volante. Todo está controlado por la máquina. Eso sí, de momento un humano viajará en la cabina del camión por si debe tomar el control en caso de emergencia. Y sólo tienen permiso para que conduzca la máquina en autopista. En otras carreteras será el humano quien deba permanecer al volante.
Este cambio en la legislación no va a suponer una revolución inmediata en las carreteras. Aunque ahora tienen permiso para circular, los vehículos autónomos no son a día de hoy algo que veamos en nuestro entorno. Sin embargo, ya están presentes y es cuestión de pocos meses que se vaya generalizando su uso.
<h2>Los robots, del futuro al presente</h2>
Hace apenas 5 años todo lo que contenía la palabra "robot" nos sonaba a película de ciencia ficción. Sabíamos que la tecnología avanzaba y que en las fabricas cada vez más robots se usaban en las cadenas de montaje. Pero nadie pensaba durante su vida vería vehículos autónomos que conducen solos circulando por las carreteras. O que podríamos comprar drones voladores de apenas 100 euros en los supermercados.
Los robots son ya una realidad. Tenemos el caso del robot aspirador, que nos ayuda en la limpieza del hogar. Brazos y piernas robóticas para aquellos que han sufrido percances. Y no son meros adornos. Hablamos de extremidades robóticas que se mueven gracias a que interpretan las órdenes que les envían los nervios del paciente. Igualmente hay robots que ayudan a los cirujanos en el quirófano. Ante intervenciones complicadas, el brazo robótico se encarga de ejecutar los movimientos que le ordena el cirujano. Y lo hace con mayor precisión que el humano, libre de movimientos bruscos o del peligro de que le tiemble el pulso.
<h2>Los coches robot y la ciudad</h2>
La conocida app Uber ha supuesto una revolución en el transporte público de las grandes ciudades. Imagina ahora una combinación entre algo similar a Uber y los coches autónomos.
Ahora muchos ciudadanos poseen un coche en propiedad. Un coche que se usa un % muy pequeño del tiempo. Por ejemplo, ¿cuántas horas usamos realmente el coche? Si lo usas para ir al trabajo, tu coche estará aparcado (y sin usar) durante toda la jornada, además de toda la noche. Un completo desperdicio de recursos, y de espacio.
Los coches robot, o coches autónomos se pueden usar durante todo el día. Con una flota de vehículos autónomos en marcha de forma contínua, no serían necesarios los miles de garajes y aparcamientos que invaden nuestras ciudades. El usuario usaría una app tipo Uber para pedir un vehículo, que llegaría en apenas unos segundos. Nos montamos, indicamos el destino y el vehículo nos lleva hasta allí. Pagamos desde el móvil con Paypal, y nos bajamos. No hay que preocuparse por buscar sitio para aparcar. Ahorraríamos mucho tiempo. Iríamos desde el origen al destino, sin dar vueltas buscando aparcamiento. Nos bajamos del coche y el robot inmediatamente irá a buscar al siguiente pasajero.
Tendríamos un transporte más cómodo y eficiente que ahora. Y no sería necesario que cada familia gaste una importante cantidad de dinero en adquirir un vehículo propio. O en comprar o alquilar un garaje. Imagina la cantidad de recursos que liberaría la adopción del coche autónomo.
La inversión en adquisición de coches se reduciría de forma drástica. Ahora practicamente cada familia tiene uno o dos vehículos. Con una cantidad modesta de vehículos robot en circulación ya no sería necesario dedicar parte de los ingresos a adquirir vehículos propios. Tendríamos un mejor servicio, a menor coste global y liberando tiempo de conducción y espacio.
¿Cuánto tiempo pasamos al año detrás del volante? Además del ahorro que supone no tener que comprar un coche en propiedad, suma la cantidad de tiempo liberada que antes se dedicaba a la conducción. La máquina se encargará de ello.
No es descabellado pensar que en una o dos décadas esta será nuestra realidad cotidiana. Los robots ya no son el futuro: son el presente.